
Inter Informa / Profesora María Dolores Fernós / Más Democracia Votando por Mujeres
La democracia, según la definió Abraham Lincoln en su discurso en Gettysburg es “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Conviene precisar sobre los significados de estos componentes y su importancia.
“Del pueblo” significa que el gobierno estará integrado por gente que viene del propio pueblo que se ha organizado. “Por el pueblo” se refiere a los que eligen a esos gobernantes que en nuestra realidad implica el sufragio universal. “Para el pueblo” se refiere a que el gobierno se establece para trabajar por el bien de todas las personas. Es decir, que la democracia requiere la elección de personas cuya responsabilidad es actuar para el bienestar del pueblo.
Es ante esta mirada podemos concluir que en nuestro país estamos frente a un enorme déficit democrático.
Por un lado, aunque los candidatos vienen del pueblo, es solo luego de que pasan por el cedazo de los partidos políticos, los que controlan el proceso político y el electoral. Ellos establecen las reglas de juego. Ninguno fomenta la renovación de sus candidatos, ni tampoco toman medidas afirmativas para aumentar la presencia de aquellos sectores sociales subrepresentados. Peor aún, han aprobado leyes electorales para limitar alianzas, dificultar la inscripción de nuevos partidos y hasta imponer el control del partido de gobierno en el proceso electoral. El propósito es claro: limitar el cambio político y preservarse en el poder. Los excluidos, quedarán excluidos. El gobierno no es entonces “del pueblo”, sino de los que controlan los partidos.
Ante este escenario, una parte “del pueblo” ha carecido históricamente de adecuada representación en la oferta electoral: las mujeres. De 158 puestos electivos, las mujeres ocupan muy pocos. Solo nueve alcaldesas entre 78 municipios para un escuálido 11.5% mientras en la Cámara de Representantes, de 51 escaños fueron electas en 2016 solo 7 para un 13.7% y para los 30 escaños del Senado solo se eligieron 7 mujeres para un 23%. ¿Es esto representativo “del pueblo”, o solo de la mitad del mismo?
Con tan escasa presencia en los foros donde se aprueban las políticas públicas, se establecen derechos, se identifican prioridades y se asignan presupuestos, las mujeres no participamos en la proporción que corresponde en un gobierno “para el pueblo”.
En estas elecciones, sin embargo, se abre una importante oportunidad. Más mujeres que nunca, muchas con un gran compromiso con defender nuestros derechos humanos alcanzados, se encuentran en las papeletas. ¡Démosle nuestro voto!
Una masa crítica de mujeres en la vida pública se traduce en mejores resultados políticos y sociales para las mujeres pues presentaría una perspectiva ausente actualmente en las discusiones. ¿Por qué las mujeres son la mayoría de las personas pobres en Puerto Rico? ¿Por qué no hay políticas para ofrecer un subsidio estatal a las cuidadoras que enfrentan la vejez en miseria? ¿Por qué no hay horarios extendidos en las escuelas para que las mujeres puedan trabajar, capacitarse, y así desarrollar sus potencialidades y generar ingresos propios?
Por ello, el 3 de noviembre tenemos que respaldar aquellas candidatas que han defendido nuestros derechos por años y no a quienes vienen a destrozar nuestros logros movidas por visiones oscurantistas.
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