
INTER INFORMA / PROFESOR JORGE FARINACCI FERNÓS – Incentivo económico: otra razón para vacunarse
miércoles, 7 de julio de 2021
Puerto Rico tiene actualmente uno de los niveles más altos de vacunación per cápita en los Estados Unidos y el mundo. Si a esto le sumamos una cultura colectiva de uso de mascarillas desde el mismo inicio de la pandemia, podemos ver por qué han disminuido considerablemente los números de infecciones, hospitalizaciones y muertes.
Muchos factores posiblemente contribuyeron a este logro. Primero, una población que reconoció la maravilla científica que constituye la producción histórica de unas vacunas efectivas y seguras. Indudablemente, la disponibilidad de estas vacunas en un periodo sustancialmente corto es testamento a la capacidad de la humanidad de concentrar sus recursos para enfrentar un reto sin precedentes.
:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gfrmedia/5TX6TYLMJFCLHPPXYQZOX6DDXE.jpg)
Segundo, un sentido de solidaridad y responsabilidad social que llevó a muchas personas, incluso aquellas escépticas a las vacunas, a subirse las mangas y contribuir a la salud de la comunidad. Se trata de una secuela de las lecciones aprendidas durante el huracán María: los grandes retos se enfrentan colectivamente. Para muchas personas, vacunarse era una obligación moral para proteger a aquellos sectores de la población que se verían particularmente afectados si se permitía que el virus continuara regándose descontroladamente.
Tercero, un reconocimiento de la evidente realidad concreta: las vacunas han funcionado y estamos en muy buena posición para vencer los peores efectos de la pandemia.
Salud no reporta muertes a causa del COVID-19 por cuarto día consecutivo
Aunque tenemos ya aproximadamente un 70% de la población adulta vacunada, hace falta más para lograr la anhelada inmunidad de rebaño. Por muchas razones -incluyendo su relativa baja probabilidad de grave enfermedad o muerte-, los jóvenes aún no se ha vacunado en los números que necesitamos.
Este problema es particularmente serio en varios estados de los Estados Unidos. Para ello, se ha recurrido a múltiples incentivos materiales para persuadir a la juventud a vacunarse. Esto incluye, por ejemplo, loterías que otorgan premios económicos a quienes se vacunen ahora.
Algunas voces se oponen a este acercamiento, argumentando que recompensaría a personas que, por su resistencia a vacunarse, han puesto en peligro nuestra salud colectiva. Además, ¿por qué solo incluir en una posible lotería a estos jóvenes y no a todas las personas que responsablemente nos vacunamos oportunamente?
Por mi parte, favorezco cualquier medida práctica que nos ayude a elevar aún más los números de personas vacunadas. Preferiría que los argumentos basados en la ciencia, la solidaridad y la ética fuesen suficientes para convencer al resto de la población. Pero si podemos lograr el objetivo anhelado mediante incentivos económicos, que así sea.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.