
INTER INFORMA / PROFESOR CARLOS GORRÍN PERALTA – La (im)posibilidad de la estadidad para Puerto Rico
El anteproyecto congresional sobre el estatus propone un plebiscito entre independencia, libre asociación y estadidad. Representa un importante paso en la discusión del estatus, que persigue terminar el régimen territorial con alternativas no territoriales ni coloniales. Hacen bien los proponentes al descartar la relación territorial. Empieza a aceptar la metrópolis que se requiere la descolonización y el ejercicio del derecho de libre determinación.
Aunque tiene aspectos positivos, el anteproyecto contiene el germen de su propio fracaso. Contempla admisión automática de Puerto Rico como estado, mediante proclama presidencial, si esa opción lograra una mayoría de votos, por ínfima que fuera.
El Congreso puede constitucionalmente admitir nuevos estados. Desde el siglo XVIII comenzó la expansión territorial. Primero colonizaron y dividieron una amplia franja de terreno al oeste de los trece estados originales. Luego le compraron a Francia tierras desde la Luisiana hasta lo que son hoy Wisconsin y Montana. A México le arrebataron desde Texas hasta California, adquirieron de Inglaterra lo que ahora son Oregon y Washington, le compraron a Rusia el territorio de Alaska y en 1893 respaldaron un golpe de estado de los americanos establecidos en Hawaii, y luego su anexión como territorio.
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