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INTER INFORMA – Dr. Julio Fontanet Maldonado – Jasmine Camacho-Quinn: ser puertorriqueña

Las desafortunadas expresiones de Beatriz “Gigi” Fernández —tanto de contenido como a destiempo— sobre la puertorriqueñidad de Jasmine Camacho-Quinn han vuelto a exacerbar el debate sobre quién es puertorriqueño y quién tiene la autoridad para adjudicarlo. Se trata de expresiones con una gran dosis de sarcasmo (“¿Quién es jasmin (sic) Camacho? ¿Y es puertorriqueña, habla español? ¿Se crio en Puerto Rico?”) en las que la exatleta termina afirmando que de puertorriqueña no tiene nada y que, al igual que Mónica Puig, no conocía la letra de nuestro himno nacional.

Dichas expresiones reflejan una falta de entendimiento mínimo de nociones básicas, como etnia, nacionalidad y diáspora. Gigi debería saber que la mayoría de las personas que se consideran puertorriqueñas viven en los Estados Unidos, donde ella también reside; que emigraron por razones mayormente económicas y, en determinados momentos (década de los cincuenta), impulsados por iniciativas gubernamentales. Su sacrificio permitió el desarrollo del país a pasos agigantados hasta la década de los setenta. Ahí están muchos de nuestros familiares que no regresaron y esa circunstancia, cabe preguntarse, ¿los descalifica de considerarse puertorriqueños, así como a sus hijos o a sus nietos?

La extenista puertorriqueña Gigi Fernández volvió a crear controversia con sus comentarios en las redes sociales con el caso de la medallista de oro Jasmine Quinn-Camacho.
La extenista puertorriqueña Gigi Fernández volvió a crear controversia con sus comentarios en las redes sociales con el caso de la medallista de oro Jasmine Quinn-Camacho.

Aparentemente, según la Sra. Fernández, para ser puertorriqueño bona fide se tiene que haber nacido y criado en la isla. Me imagino que quien piensa de esa manera nunca ha estado en El Barrio en Nueva York, en Humboldt Park en Chicago o, más recientemente, en Kissimmee, en Florida. Si le aplicamos dicho estándar a Lin-Manuel, Jennifer López, Tony Croatto y a Eduardo Bhatia, por ejemplo, quedarían descartados de plano y, por consiguiente, para Fernández más puertorriqueños serían el sol de México, Luis Miguel, y el actor Joaquín Phoenix. Realmente no tiene sentido alguno.

Mira la fotogalería – Jasmine Camacho-Quinn se emociona al recibir su medalla de oro

Los puertorriqueños somos una etnia, es decir, una comunidad que comparte afinidades raciales, culturales y sociales. Es como uno se siente, no dónde se nace. El vernáculo, ciertamente, es importante como parte del aspecto cultural, pero no determinante. Si no, habría que preguntarle a Juan Antonio Corretjer, que escribió “Boricua en la luna” (de paso, uno de nuestros himnos nacionales desde que Roy Brown lo popularizó) en honor a, entre otros, Alicia Rodríguez, de Chicago. Por otro lado, se pregunta uno sobre el nivel del dominio del español de gran parte de los boricuas que participan de la parada étnica más antigua en los Estados Unidos: la boricua, que se realiza anual e ininterrumpidamente todos los veranos en la ciudad de New York.

Gigi ha sido la mejor tenista puertorriqueña de la historia y una de las mejores cinco doblistas del mundo. Sus reflejos y velocidad en la malla eran únicos. Muchos sentíamos orgullo al verla jugar. Para las Olimpiadas de Barcelona (1992) decidió aceptar la invitación del Comité Olímpico de Estados Unidos, que la posicionaba para una medalla de oro y, además, para unos beneficios económicos y marginales significativos, los cuales nuestro Comité Olímpico no podía equiparar. Cabe advertir que sí se le ofreció el honor de ser la abanderada. Por su parte, Jasmine, tan pronto se enteró que podía representar a Puerto Rico por ser hija de una mujer nacida en Puerto Rico (al igual que Mónica), movió cielo y tierra para lograrlo; y sin condiciones. Cada cual dentro de sus valores, creencias y prioridades toma la decisión que le parezca más correcta. Gigi tomó la de ella y Jasmine la suya. Y ya.

Los comentarios de Gigi, más que molestia, nos deben causar pena ya que reflejan un problema grande de espíritu y de identidad nacional. Quizás ese mismo conflicto lo comparten otros compatriotas, algo que no debe sorprendernos ya que es parte de la personalidad del colonizado. Para desarrollar el país nos necesitamos todos, los de allá y los de acá, incluso a Gigi. No tengo duda de que contamos con Jasmine.

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