
INTER INFORMA / Dr. JULIO FONTANET MALDONADO – De izquierdas y derechas: etiquetas imprecisas y desfasadas
Con gran regularidad escuchamos en la discusión pública que determinada persona o partido es de izquierda o de derecha. Al usar dichas etiquetas, encasillamos las ideas y valores de las personas en lugar de analizarlos y debatirlos y se les priva de la oportunidad de explicar las bases o compartir el análisis de sus conclusiones, lo que propicia la superficialidad y la falta de rigor.
:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gfrmedia/IER3TNSPE5G4BEMXA5CXUPEXXA.jpg)
Si hay algún lugar del planeta donde se utilizan de manera indiscriminada y arbitraria estas etiquetas es en Puerto Rico. Se hace en varios renglones, desde la política hasta la religión. De este modo, se generaliza que, si determinada persona o partido favorece atender el problema colonial de Puerto Rico mediante determinado estatus, se le pone una etiqueta; si es independentista es de izquierda, si favorece la estadidad es de derecha. Esto también se extrapola al tema religioso; se asocia que toda persona que tenga creencias religiosas o practique una religión es de derecha, mientras que los ateos y los agnósticos son de izquierda. Nada más alejado de la realidad.
¿Cuál es el origen de estas etiquetas? Ambas surgen en los albores de la Revolución Francesa y en la composición de la asamblea nacional recién creada. Los partidarios del rey —la aristocracia y el clero— se sentaban a la derecha; los demás, a la izquierda. Según Norberto Bobbio, en su libro Left and Right: the Significance of a Political Distinction, los valores fundamentales asociados con la derecha son el individualismo, la autoridad y el nacionalismo; los asociados con la izquierda son la igualdad, el pluralismo y la justicia social.
Establecido lo anterior, continuemos con el tema político. No a todo estadista se puede tildar de ser de derecha, ni a todo independentista de ser de izquierda. Como advertimos anteriormente, para evitar caer en el abismo absurdo de las artificiales etiquetas, se trata de identificar cuál es el valor fundamental que mueve las ideas y propuestas de una persona. El representante Betito Márquez entiende que la situación política de Puerto Rico se soluciona con la anexión a los Estados Unidos, pero en sus iniciativas como legislador ha propiciado medidas que procuran la igualdad entre las personas y la justicia social para la clase menesterosa. Por otro lado, uno de los fundadores del Partido Acción Cristiana, fundado en 1960, fue el independentista y exlegislador del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), José Luis Feliú Pesquera, quien se oponía a la postura del entonces gobernador, que impulsaba en aquel entonces el trato igualitario a las mujeres, particularmente en asuntos relacionados con su derecho a la intimidad.
La situación es similar con el tema religioso. No a toda persona creyente o practicante de una religión se le puede colgar el sambenito de derecha. Debemos apuntar que dentro del cristianismo hay diferentes corrientes: por ejemplo, quienes promueven que el llamado a la salvación es un asunto individual y quienes —por el contrario, y en un discurso más germano con las enseñanzas de Jesús de Nazaret— creen en la igualdad entre todos los seres humanos, base sobre la cual están ancladas, precisamente, la teología de la liberación y el uso del discernimiento desarrollado por los jesuitas. ¿Alguien puede sustentar, razonablemente, que una persona cristiana seguidora de la teología de la liberación es una persona de derecha por meramente creer en Jesús? ¿Eran de derecha los seis jesuitas asesinados en El Salvador en 1989? Por otro lado, recomiendo a quienes promueven esa visión egocentrista de que la salvación es individual que repasen la oración del “Padre Nuestro” que reza “padre nuestro” y no “padre mío”; y “el pan nuestro de cada día” y no “el pan mío de cada día”.
Es crucial que, como sociedad, no dependamos de la utilización de etiquetas para analizar propuestas e ideas de otros. Esto es imperativo, particularmente, para aquellas personas que las utilizan de manera indiscriminada en los medios de comunicación. Juzguemos a base de los méritos de las ideas y no a base de generalidades traídas por los pelos, a conveniencia y con ánimo manipulativo.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.